El Kubrick y su terraza, lugar de encuentro

 

No hace tantos años, decir semana santa en Bilbao era igual a calles del centro desiertas, comercios y bares cerrados, lo más parecido a una ciudad fantasma. Visitar Bilbao para pasarlo bien es algo reciente. el turista tipo, con visera, cámara de fotos, plano de la ciudad y aspecto de sorpresa.

Si en los 80 aparece por aquí una persona con esas pintas hubiera salido apaleado, por provocador. En unas fiestas de Bilbao, la Aste Nagusia que se celebra en agosto, en las que la policía municipal detuvo a un numeroso grupo de punkis foráneos que rondaban por el espacio festivo y se los llevaron a unas duchas municipales para desinfectarlos.

Así éramos, ni Trump desaforado se hubiera atrevido a tanto. Menos mal que los visitantes actuales parece que llegan aseados de casa. Lo que nos ahorramos en agua…

Ahora, la situación ha dado un giro radical y Bilbao se ha convertido en una de las ciudades de referencia para unas cortas vacaciones. Estamos de moda y ante eso lo único que se puede hacer es unirse a la fiesta.

Desde su reapertura, el Kubrick, y su terraza con vistas a la ría, el Arenal y el Teatro Arriaga, se ha convertido en uno de los lugares de encuentro preferidos tanto de los visitantes como de los bilbaínos y bilbaínas. Aburridos de franquicias de bares de pintxos y de restaurantes sin gracia como los de cualquier ciudad europea, los turistas buscan lo genuino de la ciudad, esos bares con encanto que cada día son más difíciles de encontrar.

Por eso el bar Kubrick está ya en todas las guías que se escriben sobre Bilbao, porque no hay otro bar igual. Te esperamos.

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